Muchos campus universitarios cuentan con áreas naturales en buen estado de conservación y en algunos casos, han sido formalmente dedicadas al objetivo de conservar la biodiversidad. Uno de los ejemplos más relevantes es la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), que con sus 237 hectáreas de superficie, ocupa más de una tercera parte de la Ciudad Universitaria. Las reservas naturales urbanas y periurbanas guardan un enorme potencial para desarrollar actividades educativas sobre la biodiversidad. Son muchos los procesos que ocurren en los ecosistemas, de allí la importancia de usarlos y manejarlos de manera sustentable para asegurar la provisión de los beneficios ambientales, sociales, culturales y económicos que generan.
De forma permanente, la Universidad implementa acciones efectivas de planeación, restauración, protección y manejo sustentable de las áreas verdes que la institución maneja. Con ello, la UNAM busca potenciar sus aportes tanto a la conservación biológica, como a las diversas funciones que los espacios verdes desempeñan en la vida de la comunidad universitaria, asumiendo el compromiso de contribuir a la conservación de la biodiversidad, hacer un uso sustentable de sus componentes y poner el ejemplo en sus propios espacios.
La atención de las áreas naturales universitarias requiere de acciones orientadas a la sensibilización y promoción de la participación de toda la comunidad universitaria, la identificación de las problemáticas particulares de cada campus y la construcción de mecanismos institucionales que permitan; la planeación, gestión coordinada y evaluación periódica de los resultados de la implementación de dichas acciones.
