Contexto

Las problemáticas socioambientales relacionadas con los modos de producción industriales configuran un siglo que plantea importantes retos para la humanidad. Los desafíos que presentan los sistemas alimentarios −particularmente en contextos urbanos-, se inscriben en esta compleja crisis socioambiental. Sus impactos se manifiestan en las problemáticas relacionadas con el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, los cambios en los ciclos de nutrientes, el cambio de uso de suelo y la contaminación por plásticos (Stockholm Resilience Centre, 2022; Steffen et al., 2015, Persson, et al., 2021).

Nos encontramos ante un punto de inflexión, es necesario transformar nuestras formas de producir y consumir. Continuar alterando los sistemas de soporte que posibilitan la vida en este planeta es insostenible. La sustentabilidad como concepto, movimiento y práctica, busca dinamizar transformaciones sociales, ambientales y económicas que permitan responder a los desafíos socioambientales actuales.

Frente al modelo industrial-capitalista que privilegia el crecimiento económico e invisibiliza las relaciones de interdependencia sociedad-naturaleza, el consumo sustentable promueve tomar decisiones de consumo más críticas, reflexivas e informadas. En el ámbito alimentario, otro tipo de consumo permitiría el fortalecimiento de procesos organizativos, apoyar la continuidad de las actividades campesinas, reducir los costos energéticos vinculados con la producción de alimentos, y un manejo y uso racional de los recursos.